Un 25% de la población española sufre alguna forma de asma, siendo la rinoconjuntival (la que afecta a nariz y ojos) su forma de presentación más frecuente.
El servicio de Otorrinolaringología del Hospital San Juan de Dios del Aljarafe atiende habitualmente a pacientes con rinitis alérgica pero durante los meses de primavera el número de consultas debidas a cuadro de alergia respiratoria aumenta hasta ocupar más del 30% de las derivaciones al especialista.
“La rinitis alérgica es una inflamación de la mucosa nasal (la “parte interna” de la nariz) provocada por la inhalación de sustancias y partículas que en condiciones normales no son perjudiciales, pero que en la persona alérgica provocan una respuesta defensiva del sistema inmune que es la que desencadena los síntomas que todos asociamos a esta enfermedad: picor de ojos y nariz, aumento de la mucosidad, congestión nasal y, en las formas más severas, asma”, explica Miguel Olivencia, jefe de servicio de Otorrinolaringología de este centro.
Por lo general, es más frecuente en pacientes en edades tempranas y media de la vida, que desconocen padecer de alergia o no reciben el tratamiento específico para los síntomas nasales. El otorrinolaringólogo realiza una exploración de las vías aéreas superiores, y de acuerdo a la observación y los datos clínicos, instaura un tratamiento específico para mejorar la ventilación nasal y aliviar la congestión. En algunos casos, el tratamiento médico a largo plazo puede complementarse con intervenciones quirúrgicas para eliminar alteraciones estructurales que aumentan la dificultad respiratoria (hipertrofia de cornetes, desviaciones de tabique, pólipos).
Consejos para pacientes con rinitis alérgica
Si nota picor y congestión nasales que duran más de lo habitual en un catarro, consulte con su médico de Atención Primaria. Los pacientes con alergia al polen deben evitar las actividades al aire libre en los periodos de mayor concentración de polen, sobre todo a primera hora de la mañana y al anochecer. Puede ser útil el uso de mascarillas y gafas de sol durante los paseos y en los viajes en coche, el del aire acondicionado siempre que se disponga de filtros antipolen en buen estado.
Si la alergia es a ácaros o a hongos, mantener una buena ventilación de la casa, humedad ambiental correcta y limpieza con aspiradoras con filtros adecuados. Evitar tejidos que retengan el polvo o la humedad.
La alergia a pelo de animales obliga a evitar la convivencia con estos, o al menos, extremar las medidas de limpieza para reducir la presencia de pelo en la vivienda.